En inconfundible jerga paulista, el MC brasileño Emicida revela una personalidad artística formada en la intersección entre arte, pobreza y música para dar cuenta del artista que el público quiteño conoció en la noche del viernes pasado en el Teatro Sucre.
Seguimos a Emicida durante un día de trabajo en Ecuador para saber qué propone y cómo piensa uno de los más notorios MCs latinoamericanos.
“En mi vida he desarrollado el hip-hop como herramienta de transmisión de perspectivas personales. Por eso digo que la música salvó mi vida, así simple, sin teorizaciones aburridas. La vida pasa y es inútil intentar organizarla en texto o palabras. Esto puede ser contradictorio porque la gente piensa que mi trabajo como músico es retratarla pero no es así (…) mi rollo es comparable con el de un fotógrafo: mi vista pone su atención sobre una parte de la realidad lo muestro. Veo lo que mi cámara ve. Mi realidad es una, y así se construyen miles. Estoy viviendo mi vida musical ahora gracias a todos las personas que arrancaron antes que yo (…) desde Mano Brown en Brasil hasta Kendrick Lamar en EE.UU., quien por cierto es un músico genial pues trajo de nuevo la profundidad de la poesía del hip- hop. Y por ahí empiezan a surgir los juegos de palabras… Ahora mismo estoy leyendo la obra de Aires da Matta Machado Filho, un escritor brasileño que trabaja lingüística, gramática, palabras y léxicos. Estoy obsesionado con su obra porque yo también soy un apasionado por la lengua (…) es increíble dar con los orígenes de una expresión o palabra. Me apasionan los registros, las razones lingüísticas, la construcción popular del lenguaje y como consecuencia las formas artísticas que, sin exclusividad, el pobre tiene para armar sus guerras, sus respuestas sociales en arte. Es deprimente y fascinante a la vez, sí, pero el arte musical puede ser una herramienta de revolución, sin más”. EMICIDA